ODS 2:
LUCHA CONTRA EL HAMBRE
El Plan Director de la Cooperación Española establece que para abordar la lucha contra el hambre y la malnutrición es necesario trabajar desde múltiples dimensiones: la pobreza rural, la falta de acceso a recursos productivos de los pequeños productores y las carencias en las condiciones del empleo rural, el acceso a los alimentos, la degradación de los ecosistemas o los sistemas internacionales de fijación de precios de los alimentos.
SEGURIDAD ALIMENTARIA
Cerca de 2.000 millones de personas, según el informe del “Estado de la Inseguridad alimentaria y nutrición en el mundo de 2019” padecen inseguridad alimentaria moderada o grave en el mundo y 820 millones pasan hambre. El informe también destaca que la probabilidad de sufrir inseguridad alimentaria es mayor para las mujeres que para los hombres en todos los continentes, con una mayor diferencia en América Latina.
El retraso del crecimiento en niños está disminuyendo muy lentamente y persiste la anemia en mujeres; sin embargo, el sobrepeso y la obesidad están aumentando hoy en día en la mayoría de los países, especialmente entre los niños en edad escolar y los adultos.
El Plan Director de la Cooperación Española establece que para abordar la lucha contra el hambre y la malnutrición es necesario trabajar desde múltiples dimensiones: la pobreza rural, la falta de acceso a recursos productivos de los pequeños productores y las carencias en las condiciones del empleo rural, el acceso a los alimentos, la degradación de los ecosistemas o los sistemas internacionales de fijación de precios de los alimentos. En 2018 apoyamos a la Organización de las Naciones Unidades para la Alimentación – FAO con 2.2M€.
ÁREAS DE ACTUACIÓN
Este objetivo cobra una especial importancia en África Subsahariana, donde en 2018 el trabajo en desarrollo rural y seguridad alimentaria mantuvo su carácter prioritario, con énfasis en el fortalecimiento de la resiliencia de las poblaciones más vulnerables. Ejemplo de ello son varios proyectos de irrigación puestos en marcha en el Sahel y Níger en 2018 o el proyecto para mejorar la resiliencia agroclimática en Cabo Verde.
Mientras, en 2018 la AECID mantuvo su participación en otros proyectos encaminados a la lucha contra el hambre en el continente como los llevados a cabo mediante cooperación delegada de la UE: “PAFAM” para la mejora del sector del anacardo en regiones de Malí; “YELLITAARE” en Senegal, para mejorar la respuesta de las poblaciones vulnerables frente a las crisis nutricionales y alimentarias; y “PACERSEN”, también en Senegal, de generación de empleo mediante la creación de granjas familiares y colectivas en el marco del Fondo Fiduciario de la UE para África.
En Centroamérica, la Cooperación Española incidió asimismo en cuestión de resiliencia, así como en la transición hacia modelos productivos sostenibles. El proyecto de apoyo a la cadena productiva del cacao en el oriente rural de Cuba, la mejora de la Estrategia Nacional para la Prevención de la Desnutrición Crónica en Guatemala o el “Programa de Apoyo a Iniciativas de Desarrollo Local en Honduras” son claros ejemplos de este trabajo.
PROYECTOS DESTACADOS
La Reserva Regional de Seguridad Alimentaria (RRSA) es el proyecto más ambicioso que ha impulsado la política agrícola regional de la Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO) para hacer frente a las crisis alimentarias. Se trata de un mecanismo de respuesta institucional, desde la estructura regional de la CEDEAO a las estructuras nacionales de cada uno de los Estados Miembros.
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